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El tren de las 3 y 10


(3:10 to Yuma)
Estreno en Estados Unidos: 2007
Director James Mangol Reparto: Russell Crowe, Christian Bale, Peter Fonda, Gretchen Mol, Ben Foster, Dallas Roberts, Vinessa Shaw, Logan Lerman, Alan Tudyk, Luce Rains, Chris Browning, Johnny Whitworth, Luke Wilson, Benjamin Petry Música: Marco Beltrmi
2 nominaciones a los Oscar por Mejor banda sonora y mejor sonido.

Remake del filme de Delmer Daves, 1957.
 Sinopsis: Dan, amenazado por las deudas de su rancho se topa con Ben Wade  el jefe de la sanguinaria banda que acaba de atacar la diligencia con el dinero para el ferrocarril. Arrestado Ben Wade, Dan ve la
oportunidad de cobrar 200 dólares por escoltar a Ben a la estación de la ciudad de Contention,. El viaje y la espera del tren servirán para conocer la verdadera personalidad de Dan y Ben.

El maestro John Ford decía cuando rodaba un western “no me peleo por obtener un drama, una historia que se preste a la diégesis, Hago todo para no hacer otra cosas que un documental sobre el Oeste tal como ha sido: épico. Y desde el momento en que se es épico, no se puede equivocar.
El tren de las 3:10 de 1957, dirigida por Delmer Daves y protagonizada por Glenn Ford formaba parte de esa épica del western.
James Mangol,  en 2007 realiza el remake, de los héroes de la frontera en la tierra prometida; aunque más próximo al drama de acción. El tren de las 3:10 deja espacio también a la nueva generación que debutó en la colonización respondiendo a la llamada: “Ve al Oeste hombre joven, y crece con el país”

Pero, y a pesar de lo que afirmaba John Ford, esta película se encuentra cercana a un género que también ha oscilado entre lo épico y lo dramático. Es más, los westerns, desde sus inicios, han poblado las pantallas con subgéneros tales como western histórico-dramáticos, western comedia, western romance.
El estilo narrativo de El tren se aleja de la era arcaica de héroes sin problemas psicológicos o morales como Buffalo Bill, Tom Mix , Hoppalong Cassidy. El tren de las tres y diez, se sitúa más bien entre los western del cuestionamiento de ciertos arquetipos, de la reevaluación de los valores, en tiempos de la mirada crítica hacia Norteamérica.
El filme mantiene aún los rasgos clásicos del género, “El joven malvado, el sherif, la joven hermosa, y una situación clásica: la persecución. Otro de los ingredientes, indispensable es el ataque de los Indios”
duelo que no se resuelve en pocos segundos como en los westerns clásicos, ni tampoco como el final de una larga persecución, El duelo Dan – Ben atraviesa las tres cuartas partes de la película y casi siempre bajo la mirada del hijo que asiste a una lección de valores. Porque de valores y de moral va esta historia narrada con una maestría inigualable, sin estridencias ni falsos recursos, El montaje, la música, la fotografía y los primeros planos son parte inseparable de la fuerza de esta película al servicio del duelo entre dos hombres, uno a favor de la ley y otro fuera de la ley. Pero este duelo se resuelve en el interior de cada uno de los hombres enfrentados, uno por llevarlo al tren, el otro por escapar. Ese enfrentamiento, además de los fusiles y pistolas, es el duelo de la verdad de cada uno, la confesión durante la espera del tren en el hotel, una verdad voluntaria que revela el interior del ranchero empobrecido, ahora improvisado héroe, y la verdad del forajido impenitente, que observa cómo hay hombres que se mueven por cosas distintas que el dinero y la muerte del enemigo. un instante excepcional, una mirada al interior de cada hombre, a lo secreto, a lo oculto bajo la capa de polvo, sudor y sangre que los recubre; cada uno parece mirar en perspectiva el pasado y el futuro y reconocer su verdad oculta. La moral de la película está en hacernos ver que el caracter humano se muestra de un modo más claro en situaciones extremas.
 L. Vilches

El Bueno el malo y el Feo


La leyenda de Sergio Leone, el santo patrono del spaghetti western. Amaba profundamente el género western y admiraba principalmente la cinematografía de John Ford, a quien consideraba su maestro, pero también estudió los trabajo de Howard Hawks, George Stevens, Nicholas Ray y de Raoul Walsh. Leone tiene muy claros sus ideales y propósitos.
Probablemente fue en el marco del neorrealismo italiano, trabajando como asistente de dirección de Vittorio de Sica en Ladri di biciclette, cuando comprendió la necesidad de otorgar a los personajes una dimensión más humana, con mayores matices y contrastes. Viendo cintas Norteamérica se percata que narraban historias del viejo oeste, y que el foro iba ganando terreno al escenario natural, que los personajes “buenos” y “malos” se iban trasformando en absurdamente buenos y ridículamente malos.
 Cuando incursiona en su primera película realizada en el desierto de Armería, la crítica no tomó muy bien aquel primer experimento cinematográfico, a su filme lo tildaron de violento y poco funcional, criticaron a los desconocidos
actores y su bajo presupuesto, lo consideraron una mala copia de los western de Hollywood y le dieron una etiqueta peyorativa: spaghetti western, pero el público se sintió atraído por la cinematografía de este italiano que nos proponía;  buenos no tan buenos y malos no tan malos, que cortaba de un plano totalmente abierto que mostraba el paisaje, a un close-up extremo que permitía ver todos los detalles de la expresión facial y el reflejo en los ojos de los protagónicos, ese romano que hizo de la banda sonora un elemento fundamental del montaje, un creador de personajes entrañables que unía las bellas imágenes de un vasto paisaje desértico con los acordes de la música de Morricone.
Posteriormente El Bueno el malo y el Feo (Il buono, il brutto, il cattivo) fue un éxito de taquilla, con  importantes aportaciones a la composición fílmica lenguaje cinematográfico, en su cine no hay indios, ya no hay tierras que tomar, hay una nación en guerra entre los que una vez fueron pioneros ahora son confederados y la unión su visión de la guerra de sucesión norteamericana es plasmada con el absurdo, la lucha por conservar un puente que no aparece ni en los mapas, la degeneración del ejercito con un Capitán ebrio  a contraste de las películas de John Ford donde el honor estaba  justo ahí en ese lugar "el ejército".
Antes las críticas  a los filmes de Leone por su violencia él respondía. «Las muertes en mis películas son exageradas porque quiero hacer una sátira de los demás westerns. [...] El Oeste fue hecho por hombres violentos y sin complicaciones, son esa fuerza y simplicidad las que quise reflejar en mis películas».
Con el pasar de los años, los esfuerzos de Leone por revivir el género fueron reconocidos: Il buono, il brutto, il cattivo ha sido descrita como la mejor representante del western europeo, y fue considerada por Quentin Tarantino como «la película mejor dirigida de todos los tiempos».
La banda sonora fue escrita por Ennio  Morricone, quien había trabajado con anterioridad en dos películas de Leone, tema principal, que se asemeja a los aullidos de un coyote, es una melodía de dos notas usada como motivo musical para caracterizar a los tres personajes principales. La melodía es interpretada con diferentes instrumentos para diferenciar a los protagonistas: una flauta para Blondie, una ocarina para Angels eyes y voces humanas para Tuco. La banda sonora complementa la ambientación de la película en la Guerra Civil Estadounidense con la balada "The Story of a Soldier", que es cantada por un grupo de prisioneros mientras Tuco es torturado. El clímax de la película, un enfrentamiento entre los tres personajes, comienza con la melodía titulada "L'estasi dell'oro" y es seguida por "Il triello". La cinta fue estrenada el 15 de diciembre de 1966 en Italia, y el 29 de diciembre del año siguiente en Estados Unidos, recaudando la cifra de 6,1millones de dólares ante el bajo presupuesto de su realización 1,2 millones.




Silverado (1985)


Cuando se habla de cine sobre nativos norteamericanos, en seguida vienen a la mente los consabidos westerns sobre “indios y vaqueros”. Imágenes estereotipadas de salvajes feroces y pintarrajeados que asaltan caravanas de colonos inermes, que acechan en bosques umbríos o que cabalgan mientras disparan flechas y aúllan como animales. El género del western condensó, desde sus orígenes, toda la épica asociada a la génesis y crecimiento de los Estados Unidos. Elaboró una historia heroica sobre el avance hacia el Oeste y la colonización de extensos territorios; o, dicho de otra forma, de cómo se fue estableciendo (y de cómo fue avanzando) la “frontera” que delimitaba los espacios “civilizados” de los “salvajes”, habitados por los indios.
La propuesta básica del western se apoya en un género supuestamente alejado de los conceptos de libertad, igualdad o justicia, es un género formalmente emparentado con la mitología y la tragedia griegas. André Bazin, una de las personalidades más sobresalientes del análisis cinematográfico, señalaba de forma quizás un tanto desdeñosa (Bazin mantenía una relación algo contradictoria respecto a este género) que las películas del Oeste habían nacido del encuentro de «una mitología con un medio de expresión» (1985: 219). El western es más que un paisaje, más que una forma. Un género que ha trazado su propio desarrollo al compás de la historia, esa que en términos estrictos se refiere a un territorio específico (los Estados Unidos), en un periodo que cubre, más o menos, los siglos XVIII y XIX. “Los atributos formales que se reconocen ordinariamente en un western no son otra cosa que los signos o los símbolos de su realidad profunda, que es el mito”, escribió en los años cincuenta este crítico francés André Bazin.
El espacio del western no es solamente geográfico, sino mitológico. Glucksmann afirma que su grandeza procede del hecho de que sus personajes viven el instante en que «una civilización pone a prueba sus fundamentos: el instante de la instauración de la ley, una colectividad capaz de aprovecharse de las leyes, pero no de implantarlas. Esa misma era la situación de la tragedia griega, Las tragedias que relatan las películas del Oeste constituyen, por lo tanto, una especie de reflexión sobre la propia sociedad en un momento muy especial, nuestro «parto histórico», en palabras afortunadas de Ángel Fernández-Santos.

En su recreación del pasado histórico-mítico del país, el western convirtió al pionero en héroe nacional, a la vez que presentó la ocupación de territorios como una misión sagrada, El indio como personaje del western se convertirse en una figura estereotipada en la literatura y posteriormente en el cine, el indígena norteamericano sufrió un proceso de transformación, en el que su realidad y su historia se simplificaron y adulteraron, donde los "pieles rojas" solían ser un obstáculos para el progreso, se infería que su trágica “desaparición” era culpa de ellos mismos. Esta visión late tras muchas de las producciones que recrean el inevitable choque entre los universos blanco e indio. Hay que esperar hasta los años setenta para que el cine comenzara a barajar abiertamente la tesis del genocidio. De la misma forma, se empezaron a cuestionar el concepto de progreso y su justificación moral.
Obras como Pequeño Gran Hombre (Little Big Man, Arthur Penn, 1970) o Soldado azul (Soldier Blue, Ralph Nelson, 1970) denuncian claramente el exterminio perpetrado por el gobierno de los Estados Unidos.

se toma su figura como el símbolo de la comunión con la Naturaleza y del respeto al medio ambiente. En esta interpretación de corte ecológico y nostálgico, el indio se asemeja al “buen salvaje” y se funde con su entorno, por lo que su muerte o arrinconamiento se observa como la ruptura del hombre occidental con la Naturaleza. El cine se ha revelado como una herramienta muy valiosa para denunciar los abusos del pasado y para "reparar", al menos en parte, los daños resultantes de la manipulación y falseamiento de la imagen y la historia de los pueblos nativos. Producciones  como Bailando con Lobos (Dances with Wolves, Kevin Costner, 1990) tratan de evidenciar las enormes injusticias cometidas con los aborígenes.

SILVERADO (1985), 
Director: Lawrence Kasdan
Sinopsis : Cuatro pistoleros cruzan sus caminos durante el viaje a la ciudad de  Lo que no saben es que la ciudad en la que viven sus familias y amigos está bajo el control de un sheriff corrupto y sus secuaces. Ahora, los cuatro deberán salvar la ciudad, pero primero tendrán que salir de la cárcel y averiguar quiénes son realmente sus amigos.
película en su momento de enorme éxito popular, y con la que Kasdan apostaba abiertamente por un fácil, vistoso, desmesurado y finalmente entretenido espectáculo. Para ello diseñó un guión –junto con su hermano Mark-, en el que se cuentan las aventuras de cuatro personajes, unidos en una trama que confluirán paulatinamente en la catarsis final de todos ellos en el pueblo de Silverado.
Personajes  arquetipos pistoleros solitario, la discriminación racial, el joven pistolero e irreflexivo, la herencia familiar, el peso del paisaje, la corrupción ante la llegada de las leyes, el sheriff corrupto, los asesinatos, los duelos, las estampidas... SILVERADO una clara intención de “gran espectáculo” se nos muestra como las  películas de grandes aventuras como RAIDERS OF THE LOST ARK (En busca del arca perdida, 1981. Steven Spielberg) los cuatro cowboys- se les encuadra de espaldas al paisaje disponiéndose sobre la pantalla panorámica y realzados por una ostentosa grúa-la brillantez con que se muestra la estampida del ganado-.asesinato del padre de Mal, hasta llegar a su muerte en off que el hijo adivina al escuchar el disparo-, mientras que lo que más me resulta sorprendente es comprobar el singular reparto, de actores de muy diversas características, algunos de los cuales en modo alguno se han significado por el cine de acción –Kevin Kline, John Cleese-, pero que funcionan con brillantez-.






Fort Apache


El Western más que por los temas o los tratamientos se caracteriza por la iconografía (sombrero tejano,pistolas al cinto, chalecos, caballos, desierto, ciudades calle, salón, ranchos, diligencia, indios...) la raíz histórica de relatos que, con la conquista del Oeste, la lucha por la tierra.

La primera película del Oeste es Asalto y robo a un tren (1903), de Edwin S.Porter, Puede ser considerada como la primera obra importante, con argumento de ficción, del cine americano. La película emplea de forma algo rudimentaria el montaje paralelo. Las décadas de los cuarenta y los cincuenta, con la ayuda del soporte técnico de gran formato y el color el western toma popularidad y con ellos John Ford, con su magistral película La diligencia (Stagecoach, 1939).Responsable de una trilogía que retrataba la vertiente militar –no siempre honorable y épica- de las guerras entre la caballería y las fuerzas indígenas: Fort Apache (1947), La legion invencible (She Wore a Yellow Ribbon, 1949), Río Grande (1950), hace también a John Wayne, un icono del género. También se destacan Howard Hawks con Rio Bravo, Anthony Mann (Winchester73).

Ford fue en servicio activo en la Armada como Jefe de la Subdivisión de campo fotográfica, una unidad de la Oficina de Servicios Estratégicos (más tarde glorificado en la pantalla como la OSS) (la OSS fue la precursora de la CIA - DMH), con oficinas en París y Londres ... Incluso recogió un Oscar extra para La Batalla de Midway, documental primera guerra de Estados Unidos, y también un Corazón Púrpura por las heridas recibidas en el compromiso. Esto se dispara en los dos sentidos de la palabra ... Él es el único director de cine estadounidense que prestó sus servicios artísticos para el Gobierno a través de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam ...

Fort Apache fue lanzado en un momento en que Hollywood se vio afectado por el rigor mortis realistas. Los críticos de la época carecían de la lengua para describir y evaluar el mito y el romance. Los problemas y las polémicas estaban a la orden del día, y Fort Apache parecía no tener nada nuevo que decir. Las actitudes de la película hacia los indios, las mujeres, y la disciplina militar parecía ya sea convencional o conservador. De hecho, el elogio final de Capitán York John Wayne Kirby por su caída Custer-como comandante, el coronel Henry Fonda Thursday, tiende a glorificar a las decisiones de mando hasta el punto de incompetencia e incluso la locura. Por otra parte, Ford parece demasiado sentimental, en la curación de viejas heridas ocasionados por la Guerra Civil por los soldados orgullosos de ambos lados. Por lo tanto, gran parte de la tensión entre la Fonda y personajes de Wayne es generado por una serie de rutinas de desacato Yankee-contra-Reb en el que se permite la maldad oficiosa de Fonda para jugar contra la exasperación de sumisión de Wayne. Lo que los une - el Séptimo de Caballería en lugar de la Unión - es mucho más fuerte de lo que los ha dividido en el pasado en gran medida a través de un accidente de la geografía ...  
Nos quedamos con una serie de confusión de impresiones. Es más complejo que "los americanos buenos, indios malos". Pero es un mensaje confuso en el mejor de los casos.
Como rivales, los indios son salvajes y feroces, pero también honorable y noble. Pero no tienen historia, cultura o religión. A excepción de un líder o dos, son guerreros anónimos. Todo lo que hago es paseo a través del paisaje o de pie entre las rocas, por lo que ni siquiera saben si tienen hogares o familias.

Los indios han tenido un trato injusto, pero no está claro quién o qué es responsable. La mayor parte de la culpa va a un pocos los agentes del gobierno que los venden whisky y armas de fuego y unos pocos oficiales que no respetan su autonomía. El gobierno de Estados Unidos y la cultura son decididamente no tiene la culpa. La mayoría de los estadounidenses se supone que John Wayne-como en su compasión por los pobres indios.
Como Slotkin dijo, la película celebra la victoria estadounidense sobre los indios, mientras que superficialmente criticar. La virtud de los militares estadounidenses es el mensaje final en la pantalla.
 
¿Por qué muchos consideran a John Ford como a uno de los más grandes?

“Fort Apache” (componente y mejor exponente de la “Trilogía de la Caballería”, junto a “La Legión Invencible” y “Río Grande”), es una de las múltiples respuestas posibles. John Ford no hacia westerns, hacia películas sobre el ser humano y sus principales virtudes y defectos; sobre la historia del oeste americano; sobre cómo las personas a las que les tocó vivir la época de la colonización, tuvieron que buscarse la vida para poder sobrevivir a condiciones tan adversas como las que afrontaron los protagonistas de esta película. Ya fueran mujeres, jóvenes cadetes recién salidos de la academia, veteranos soldados, o los viejos del lugar cuyos ancestros procedían probablemente de cualquier país europeo, todos se hicieron un hueco a base de lucha y esfuerzo.
En “Fort Apache”, al igual que en su vida privada, John Ford construye su particular micro mundo, en el que la relativamente apacible existencia de un destacamento americano -afincado en un Fuerte, para defender el territorio de invasiones apache- es alterada por la llegada del Coronel Owen
Thursday (Henry Fonda), que viene acompañado de su hija Philadelphia (Shirley Temple); el oficial ha sido destinado al mismo como castigo por sus fracasos militares, y pretende demostrar a sus superiores el error que, en su opinión, han cometido.

La situación narrada en “Fort Apache” podría ser trasladada a cualquier centro de trabajo del S XXI; ¿quién no ha sido víctima de un jefe cuyos delirios de grandeza, aderezados con grandes dosis de ineptitud, han transformado la jornada laboral de sus subordinados en un infierno diario? John Ford muestra con claridad cómo el egoísmo de un solo hombre puede llevar de cabeza a un grupo de personas que dependen de sus decisiones y de su buen o mal criterio.
Como si de un ring de boxeo se tratara, Ford coloca a ambos lados de la lona la responsabilidad frente a la ambición personal; los intereses de una comunidad frente a los de un solo individuo; el sentido del honor frente al amor propio…y todo ello sin la menor intención de buscar culpables o señalar con el dedo; tan solo persiguiendo el mero aprendizaje de los errores cometidos.


Pero “Fort Apache” también tiene su valor como testimonio de una época en la que los Estados Unidos era un Estado en construcción; como un homenaje a aquellos que lucharon por domar el salvaje oeste, fuera justa o injustamente dependiendo del territorio a conquistar.
“Fort Apache” es la quintaesencia del cine de John Ford; es un western y a la vez una película de aventuras; enfrenta a sus personajes por la defensa de valores que considera inquebrantables, estudia la justificación de determinadas tradiciones y su posible flexibilización…en definitiva, refleja la personalidad de un director fundamental en la historia del cine. El talento narrativo del cineasta americano convierte a esta película en una obra que invita a una reflexión actual, independientemente de la época y el lugar en el que se desarro
lla.
 Continuamos el próximo jueves "Silverado"



CICLO CINE DE WESTERN

Es imposible hablar de cine si no se habla del cine western, es imposible hablar del western, si no se habla de John Ford y es imposible hablar de John Ford si no se habla de Fort Apache. La primera de la Trilogía de El Calvario" (La legión invencible y Río Grande Amarillo). Ambientada en 1876, el teniente coronel el jueves es un ambicioso oficial, la clase Eastcoast consciente y rigurosa de carrera que es amargo por haber sido degradado de la Guerra Civil. John Ford no hacia westerns, hacia películas sobre el ser humano y sus principales virtudes y defectos; sobre la historia del oeste americano; sobre cómo las personas a las que les tocó vivir la época de la colonización, tuvieron que buscarse la vida para poder sobrevivir