La leyenda de Sergio Leone, el
santo patrono del spaghetti western. Amaba profundamente el género western
y admiraba principalmente la cinematografía de John Ford, a quien
consideraba su maestro, pero también estudió los trabajo de Howard
Hawks, George Stevens, Nicholas Ray y de Raoul Walsh. Leone tiene muy
claros sus ideales y propósitos.
Probablemente fue en el marco
del neorrealismo italiano, trabajando como asistente de dirección de Vittorio
de Sica en Ladri di biciclette, cuando comprendió la necesidad de
otorgar a los personajes una dimensión más humana, con mayores matices y contrastes.
Viendo cintas Norteamérica se percata que narraban historias del viejo oeste, y
que el foro iba ganando terreno al escenario natural, que los personajes “buenos”
y “malos” se iban trasformando en absurdamente buenos y ridículamente malos.
Cuando incursiona en su primera película realizada
en el desierto de Armería, la crítica no tomó muy bien aquel primer experimento
cinematográfico, a su filme lo tildaron de violento y poco funcional,
criticaron a los desconocidos
actores y su bajo presupuesto,
lo consideraron una mala copia de los western de Hollywood y le dieron
una etiqueta peyorativa: spaghetti
western, pero el público se sintió atraído
por la cinematografía de este italiano que nos proponía; buenos no tan buenos y
malos no tan malos, que cortaba de un plano
totalmente abierto que mostraba el paisaje, a un close-up extremo que
permitía ver todos los detalles de la expresión facial y el reflejo en los ojos
de los protagónicos, ese romano que hizo de la banda sonora un elemento
fundamental del montaje, un creador de personajes entrañables que unía las
bellas imágenes de un vasto paisaje desértico con los acordes de la música de
Morricone.
Posteriormente El Bueno el
malo y el Feo (Il buono, il brutto, il cattivo) fue un éxito de taquilla,
con importantes aportaciones a la
composición fílmica lenguaje cinematográfico, en su cine no hay indios, ya no
hay tierras que tomar, hay una nación en guerra entre los que una vez fueron
pioneros ahora son confederados y la unión su visión de la guerra de sucesión norteamericana
es plasmada con el absurdo, la lucha por conservar un puente que no aparece ni
en los mapas, la degeneración del ejercito con un Capitán ebrio a contraste de las películas de John Ford
donde el honor estaba justo ahí en ese
lugar "el ejército".
Antes las críticas a los filmes de Leone por su violencia él
respondía. «Las muertes en mis películas
son exageradas porque quiero hacer una sátira de los demás westerns. [...] El Oeste fue hecho
por hombres violentos y sin complicaciones, son esa fuerza y simplicidad las
que quise reflejar en mis películas».
Con el pasar de los años, los
esfuerzos de Leone por revivir el género fueron reconocidos: Il buono, il
brutto, il cattivo ha sido descrita como la mejor representante del western
europeo, y fue considerada por Quentin Tarantino como «la película mejor
dirigida de todos los tiempos».
La banda sonora fue escrita
por Ennio Morricone, quien había
trabajado con anterioridad en dos películas de Leone, tema principal, que se
asemeja a los aullidos de un coyote, es una melodía de dos notas usada como motivo
musical para caracterizar a los tres personajes principales. La melodía es
interpretada con diferentes instrumentos para diferenciar a los protagonistas:
una flauta para Blondie, una ocarina para Angels eyes y voces humanas
para Tuco. La banda sonora complementa la ambientación de la película en la Guerra
Civil Estadounidense con la balada "The Story of a Soldier", que es
cantada por un grupo de prisioneros mientras Tuco es torturado. El clímax de la
película, un enfrentamiento entre los tres personajes, comienza con la melodía
titulada "L'estasi dell'oro" y es seguida por "Il triello".
La cinta fue estrenada el 15 de diciembre de 1966 en Italia, y el 29 de
diciembre del año siguiente en Estados Unidos, recaudando la cifra de
6,1millones de dólares ante el bajo presupuesto de su realización 1,2 millones.
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