"La vida es silbar" (Fernando Pérez, 1998) se coloca en cierta medida en una posición contraria a la anterior película debatida la semana pasada, Guantanamera. En vez de escepticismo, la nueva relectura de los orígenes por medio de una fe que incluye las supersticiones, la psicología, la sexualidad y los ritos afrocubano. La vida es silbar recurre asimismo a la alegoría, y por eso a complejos niveles de lectura, que son menos "objetivas".
En sentido general, La vida es silbar es una película experimental que trata de integrar lo insólito a su narrativa. No se trata de un simplista "realismo mágico". Las extrañezas del argumento expresan preocupaciones sociales demasiado presentes para divorciarlas de sus crisis, tres huérfanos se buscan (aunque no saben que se buscan), una misteriosa narradora conecta las historias de estos tres huérfanos que sólo alcanzarán sentido trascendental cuando se encuentren.
La posición "vital" de la narradora habla de los niveles místicos, como aclimatación de la realidad que La vida es silbar persigue. Por otra parte, el hecho de representar a la juventud cubana con estos huérfanos, habla de la orfandad generacional, sobre todo en el sentido espiritual, cuando los modelos sociales de "hombres nuevos" deben ser replanteados.
Elpidio Valdés es una especie delincuente menor, que vive como marginal en La Habana Vieja, al parecer ha fracasado como músico, aunque los paradigmas con los que Cuba, la mujer que lo crió, le envía mensajes "morales" sobre lo que debe hacer con su vida. Su esperanza es encontrar a Cuba, quien lo abandonó, cuando él no llenó los requisitos que se le exigía. La visión simbólica es algo más que transparente en esta figura, tras su encuentro amoroso con una turista, Elpidio decide romper con Cuba, y aceptar su huida junto a su amante en un globo.
Mariana es una excelente bailarina conocida por su afición a los hombres. Sin embargo, para lograr el papel de Giselle promete ante dios, que no se acostará más con ningún otro. Y cumple su promesa incluso cuando se enamora profundamente de su pareja de baile en el ballet. Mariana hace una excelente Giselle a costa de sacrificar sus apetencias. Este extraño ascetismo o sublimación artística, habla un poco del "rostro" de una Cuba que vive el sacrificio del consumo compensada por cierta "trascendencia" histórica.
Julia se esconde a sí misma en el recuerdo de haber abandonado a su hija de meses. Su neurosis se expresa, cada vez que oye la palabra "sexo" y provoca su desmayo, pero descubre que muchas otras personas caen bajo la misma acción cuando también escuchan las palabras a las que le temen.
La película parece obsesionada con encuentros marginales y significativos, que hablan en sentido simbólico de ciertas realidades. El taxista que siempre sale al paso de Julia, por ejemplo. O el otro taxista que en medio de la escases devuelve una maleta llena de dinero a un turista. O el hombre que contempla caracoles. O el otro que se autoacusa de feo. La presencia de estos personajes configura una especie de "mural" de la marginalidad, ya sea fuera de los discursos oficiales o integrados de manera paradójica, pero siempre "santificados" por la carencia.
Estos tres personajes principales coinciden el día de Santa Bárbara, tras un largo aguacero (en Guantanamera también había una aguacero curativo, Aunque este encuentro resulta difícil de entender en el desarrollo narrativo de la película, y la narradora acaba sentada triste en el Malecón habanero; mientras alguien silba La vida es rosa (cantante Bola de Nieve).
A pesar de plantearse como comedia, esta película no es para reír, sino para meditar silbando. Y en esta meditación alcanzan muchas inseguridades tanto del planteamiento narrativo de la película como de la lectura de los diversos espectadores. En este sentido sólo me atrevería a reclamar cierta tendencia de los actores ha "interiorizar" demasiado los dramas de sus personajes. Creo que actuaciones más distanciadas habrían ampliado una lectura más simbólica .
comentario 1: La película muestra un canto a la esperanza, la reunificación de todos los personajes principales de la historia en la conocida plaza de la revolución demuestra es deseo de llegar a los orígenes es una invitación a este hecho, en el segundo plano de esta misma escena vemos a José Martí cerrando esta trilogía de ideas del propio origen de todo.
comentario 2: Los desmayos más allá de el hecho significan una ruptura con la realidad a la que no quieren vivir determinadas personas, el desmayo en un colapso un bloqueo del cerebro que no quiere ver la realidad que los rodea.
comentario 3: a diferencia de Guantanamera la película es un canto a la esperanza a comenzar de nuevo y regresar a los orígenes, es el mensaje más positivo de toda la película.
comentario 4 el uso de los símbolos como elemento de varias lecturas permite discutir sobre la película por más de dos horas.
comentario 5 el 4 de diciembre a las 4,44 pm marca un antes y un después en la historia de cuba, claro que para mí fuera del contexto cubano me deja varias dudas que no puedo entender por su cultura
Fuente
resumen http://www.geocities.com.
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