Entre las muchas entrevistas que se vio precisado a conceder, Tabío reconoció el valor de las coproducciones para la producción y distribución del cine cubano, pero no solamente, porque la gran mayoría de las películas son fundamentalmente con España, por cuestiones de idioma, cultura, tradiciones; sino también porque ayuda a que la distribución fluya mejor y, por supuesto, caracterizó prolijamente su nueva obra: La película muestra la realidad cubana, con sus conflictos, sus necesidades, con las aspiraciones y la lucha del pueblo cubano para seguir adelante (...). Esta película plantea problemas, gente que vive en condiciones claramente difíciles... Ahora, cómo se solucionan esos problemas es algo que corresponde a la sociedad en su conjunto, no al cine, comentó Tabío.
En El cuerno de la abundancia, se relata los estragos que provoca en Yaragüey, un pequeño pueblo cubano, imaginario, la noticia de que todos los que se apelliden Castiñeiras podrán repartirse una herencia que unas monjas depositaron en un banco de Inglaterra en el siglo XVII y que, con los intereses acumulados, se ha convertido en la jugosa cifra de 123 000 millones de dólares. La película surge, según contó el director, de «hechos reales o supuestamente reales», ya que la posibilidad de este tipo de herencias ha estado «volando» en Cuba desde los años 40. «La realidad y la ficción son mundos paralelos», apuntó el cineasta. A él le sirve ahora para hacer una historia en la que relata las miserias y sueños de estos aspirantes a herederos, y su necesidad de aferrarse a un milagro que solucione sus problemas cotidianos. «El arte es polisémico, no hay un discurso en una sola dirección», explicó el director mientras señaló que, aunque en el filme hay «referencias directas a la Cuba de hoy», Yaragüey es un nombre imaginario «como Macondo», es «un universo dentro de un pueblo pequeño» y, por tanto, su realidad es extrapolable a cualquier lugar.
Las situaciones bromistas y hasta burlescas quedan inscritas en el costumbrismo cubano los que desencadenan el mecanismo de la risa, y el surrealismo de los sueños. En esta película convergen códigos de la postmodernidad con un desenfado delicioso. Los personajes, como en casi todas las comedias corales, devienen arquetipos (el padre intransigente y tiránico, la madre posesiva y melodramática, la coqueta interesada y adúltera, el tonto del pueblo...) y en ocasiones se replican en demasía, un personaje neutro, sin carácter, medio víctima, que se enfrasca en una carrera dominada por dos de los pecados capitales, la pasión, y la lujuria, que roza la estupidez, pues en la humorada sarcástica suelen aparecer los pícaros, listos y gozadores, en contraposición con los tontos, ingenuos y timoratos.
El films permite lecturas en sus diversos niveles estructurales, al punto que una misma situación puede provocar, en primera instancia, risas que llegaran a las carcajada, pero tras un análisis, adquiere un tono dramático que puede alcanzar la tragedia, otro elemento interesante aunque ya usado dentro del cine el uso de un narrador en primera persona, e inclusive elementos anecdóticos que ayudan a dar la noticia de lo que está sucediendo
Un ritmo muy intenso en el decursas de la trama, lo inesperado, la sorpresa; atrapa la atención desde el principio, El cuerno de la abundancia puede que con el cursar de los años ocupe un espacio importante en la historia de la cinematografía cubana.
Ante la pregunta de por qué nuevamente utiliza la comedia como género, el director contestó “el humor puede ser una herramienta capaz de revelar claves de vida de una realidad determinada.”
Por su parte Arango su codirector resaltó que la película no es una comedia moralista sino que la risa viene acompañado de momentos dramáticos y reflexiones al utilizar y poner al descubierto códigos universales del funcionamiento de la vida humana.
fuente
http://www.eictv.co.cu/miradas
http://spanish.irib.ir/index
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